DROGA, falsa divinidad
Invitada: Dra.
Raquel Bolton, miembro
de la comisión de Pastoral de la Salud del Episcopado
Se explico porque la droga es sinónimo de muerte. Como también que debe
quedar claro que es una enfermedad el adicto es un enfermo y como tal
debe ser tratado, se dijo que esta enfermedad involucra a todo el grupo
familiar. Por lo tanto el rol de la familia es de suma importancia en la
prevención durante el padecimiento y para la recuperación.
También se menciono y leyó la declaración de los sacerdotes que viven en
las Villas los cuales dieron a conocer un comunicado, en el cual dicen
que no es necesario despenalizar la droga ya que de hecho lo está.
¿Quién no sabe dónde comprarla, donde conseguirla?
¿Por qué la droga encuentra un campo tan propicio para su expansión?
Juan Pablo II decía que “la droga no es como un rayo que cae en una
noche luminosa y estrellada. Más bien es como un rayo que cae en una
noche tormentosa...”. Esa noche tormentosa describe el vacío existencial
que produce el contexto consumista y hedonista en el que vivimos.
Nuestra sociedad ha distorsionado el sentido de la vida y los valores.
El “ser más” ha dado paso al “tener más”.
Nuestros obispos hablan de la necesidad de una estrategia de prevención
basada en tareas educativas en todos los niveles, fundamentalmente en el
seno de la familia, las iglesias, la escuela, las fuentes de trabajo,
las comunidades barriales y en todos los ambientes donde se dignifique y
se celebre la vida.
Hay mucho por hacer Los gobiernos deben ocuparse de ejercer justicia con
los traficantes Las familias solo podemos educar en los valores y
ejercer la educación preventiva. Pero sobre todo NO TENER MIEDO.
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